¿QUÉ ES LA TIROSINA DEL JAMÓN IBÉRICO?



Si tú también has visto alguna vez los famosos ‘puntitos blancos’ del jamón ibérico, no te alarmes. Aquí, en el blog de Torbiscal Ibérico, te lo contamos todo.

¿QUÉ ES LA TIROSINA DEL JAMÓN IBÉRICO?

La tirosina es un aminoácido no esencial que forma parte de las proteínas naturales de los animales y que, por consiguiente, está presente en muchos alimentos.

Este aminoácido tiene unas funciones biológicas excepcionales ya que desempeña un papel de suma importancia en la síntesis de proteínas y en la producción de hormonas y neurotransmisores en nuestro organismo.

La tirosina es muy recomendable para personas que practican deporte, ya que al mejorar la transmisión nerviosa cerebro-músculos, mejora la fuerza, ayuda a recuperar la energía consumida de forma más eficaz después de cada entrenamiento y a minimizar la fatiga que produce el mismo, maximizando así el rendimiento deportivo. También está indicada para afrontar estados de decaimiento o depresión, puesto que es un elemento ideal para regular los estados de ánimo y generar sensación de bienestar.

¿SE PUEDE COMER LA TIROSINA DEL JAMÓN IBÉRICO?

Por supuesto que sí. No suponen ningún riesgo para nuestra salud ya que es un aminoácido natural presente en los animales y en muchos alimentos y nuestro cuerpo puede sintetizarlo.

Dependiendo del tamaño de los cristales de tirosina, se apreciarán más o menos al masticar debido a su dureza, pero nada más lejos de lo normal.

¿POR QUÉ APARECE LA TIROSINA EN EL JAMÓN IBÉRICO?

Los cristales de tirosina surgen como respuesta a un proceso de maduración natural, óptimo y pausado.

Durante este proceso de curación y deshidratación del jamón ibérico se produce una ‘proteólisis’ o lo que es igual, una degradación de las proteínas de la carne. La tirosina se va liberando lentamente de las proteínas de ésta y al no ser soluble en medios acuosos, se cristaliza formando los característicos ‘puntos blancos’ que podemos encontrar en el jamón ibérico al lonchearle.

En los jamones ibéricos donde es más común que aparezca es en los de alimentación de bellota y en la parte de la pieza del jamón donde más abundan los cristales de tirosina es en la maza.

Por lo tanto, si la próxima vez que compres un Jamón Ibérico Torbiscal Ibérico en pieza o ya cortado te encuentras alguno de estos puntos blancos, no tienes que alarmarte, pues no es ningún signo de mal estado, sino de una maduración lenta y una curación pausada y óptima.

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